La prevalencia de la depresión en niños y adolescentes varía del 2 al 8 por ciento de la población, según la edad y los métodos utilizados para evaluar a las personas. La depresión no diagnosticada y no tratada coloca a las personas en mayor riesgo de enfermedad y dificultades interpersonales y psicosociales. Además, la depresión se asocia con un mayor riesgo de conductas suicidas, especialmente entre los adolescentes varones.